El pasado 24 de enero publiqué un artículo consistente en una breve
reseña del conde de Clavijo y marqués de Auñón, Don Miguel de Sada y Antillón, en el que
comenté que este noble, que en esos momentos era comandante general del
Departamento de Cartagena, se carteaba con un influyente ciudadano de
Villajoyosa.
Finalizaba el artículo
diciendo que no sería la última publicación sobre las misivas del conde, en las
que incluía curiosas anécdotas. Al igual que en todas mis publicaciones, adjunto
el documento al que hago mención.
Al documento que ahora
publico solo lo separa del anterior un mes y está formado por unas pocas
líneas, en las cuales se sigue hablando de un pedido de algarrobas
(posiblemente el mismo) del que el terrateniente vilero no podía abarcar todas
las arrobas solicitadas (debía de tener el conde una extensa cuadra de
caballerías y bestias de carga).
En la misma carta le
dice que una galeota de Altea las llevará a Cartagena y para finalizar le pide
que no se olvide de mandarle los exquisitos dátiles (con toda certeza eran de
las palmeras de la finca de La Barbera).
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