Extracto
de la memoria de licenciatura dirigida por el Dr. Antonio Gil Olcina,
presentada en la Universidad de Alicante (1982).
3ª PARTE y última
El otro documento fundamental para
apreciar la lenta evolución del proceso repoblador es el acto de posesión del
procurador del conde de Elda, D. Pavorde Deseáis, en 1692. En dicho acto los
vecinos del común de Relleu señalaron que el señor conde tenía que respetar las
concesiones realizadas anteriormente, en 1634, por el conde de Ana. El nuevo
titular lo hizo y añadió otras nuevas concesiones, las cuales fueron recogidas
también por D. Eduardo Soler:
1. —de maiz se pagará
la doceava parte.
2. —Para construir la
Iglesia se concede el arrendamiento de la tienda por 10 años.
3. —«Que per la dita
fadiga que es donara per preu del arrendament deis fruits y drets dominicals,
al temps de subastarse aquelles que no se puga llevar dit arrendament a la
villa en cas que el vullga».
4. —El señor no podrá
hacer el cabreve más que una vez en su vida y que la pena de comiso o de
cualquier otra se libre el vasallo obligándose a pagar desde el día del cabreve
adelante.
5. —El señor no podrá
pedir cuentas a los jurados de los que le hubiesen administrado hoy.
Que en 1692 el señorío de Relleu
continuaba necesitando pobladores se puede deducir del hecho de que el
procurador del conde de Elda, en nombre de éste, se ve en la necesidad de
aceptar la imposición que le hace el común de vecinos, reconociendo y
respetando las concesiones otorgadas en 1634 por el conde de Ana. Creemos que
ningún titular estaba predispuesto, a no ser por necesidad extrema, a disminuir
su posición de fuerza en las relaciones señor-vasallo.
Como consecuencia de todo lo expuesto
podemos deducir que el lugar de Relleu no sufrió, tras la expulsión de los
moriscos, una «refeudalización». El proceso repoblador sufrió una lenta
evolución, como consecuencia directa de las desfavorables condiciones físicas:
relieve montañoso y tierras de secano.
Los titulares del señorío se encontraron
con el dilema de disminuir las imposiciones de sus vasallos, atrayendo de esta
forma a nuevos repobladores, o bien no ceder en sus condiciones, y contar con
un escaso número de enfiteutas. Los titulares del señorío se decantaron por la
primera opción.
En el s. XVII, tras la expulsión, los
titulares intentarán ofrecer una imagen benévola. Las concesiones que se
otorgan en 1633 son de gran importancia, ya que en ellas se regula la dirección
administrativa y de la justicia del señorío, indicando la función de la
justicia y otros miembros del común.
Otro aspecto muy interesante es que se
especifica que del vino se pagará de «cada vuit canters hu y que les viñes que
novament plantaren sien tranques de dit dret per temps de deu anys...» todo
ello con el fin de potenciar el cultivo de la vid en la zona.
En otro punto se señala que «...del pañis
que se cultiva... es pague de huy en avant de dret de señoría de dotze
barselles una...». Además perdona a todos los justicias que hubiesen cometido
faltas administrativas y a todos los vasallos que tuviesen faltas criminales.
Esto era de gran importancia para los enfiteutas del lugar, los cuales se veían
de esta forma libres de cargas económicas y judiciales.
El aspecto más importante a destacar es el
hecho de que en 1633 se especifique que «...les terres que novament se
establiren sien tranques per quince anys...». Lo cual es un indicativo
fundamental de la precaria situación del señorío de Relleu y de su necesidad de
«atraerse» nuevos repobladores.
En 1692 el nuevo señor habrá de reconocer
las concesiones de 1633 y además añadir otras, aunque de menor relevancia. La
más importante es la de que el señor sólo podrá hacer el cabreó una vez en su
vida. Ello suponía un freno en la dirección de la señoría, ya que el cabreve se
podía realizar todas las veces que quisiera el señor, a expensas suyas, y a
costa del enfiteuta cada 10 años. En el cabreve se reseñaba todos los datos de
la riqueza rústica y urbana de los pobladores del lugar.
De todo lo anterior podemos deducir que en
el caso de Relleu las relaciones señor-enfiteuta se relajaron considerablemente
tras la expulsión de los moriscos. Tras ésta el señorío quedó prácticamente
despoblado, sin embargo sus titulares no podían incrementar las cargas
enfitéuticas, ya que ello hubiese significado que la repoblación hubiese sido
mucho más lenta: había zonas que ejercían una mayor atracción en base a las
condiciones físicas. La única opción posible fue disminuir las cargas.
Posteriormente, cuando el señor se sienta seguro y la situación en la zona sea
de prosperidad, intentará imponer nuevas cargas y mantener una postura firme, lo
cual dará lugar a constantes enfrentamientos entre el señor y los enfiteutas.
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En el documento
adjunto se pueden leer los capítulos del arrendamiento de los derechos de
señorío de la villa y Baronía de Relleu hechos por el Exmo. Señor Conde de
Baños y Elda, señor de dicha Baronía. Están escriturados en 1727 y en ellos se
puede apreciar la variación sustanciosa de los derechos a favor del noble, toda
vez que ya no le era necesario continuar con las concesiones al pueblo de
Relleu porque ya no necesitaba de nuevos pobladores.
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