6ª PARTE
LVCENTVM XXV, 2006
SOBRE EL NOMBRE DE LA
CIUDAD IBÉRICA Y ROMANA DE VILLAJOYOSA Y LA UBICACIÓN DEL TOPÓNIMO ALONÍS/ALONAI/ALLON
Antonio
Espinosa Ruiz
Área Municipal de
Arqueología, Etnografía y Museos de Villajoyosa
Área de Arqueología,
Universidad de Alicante
En
la primera parte de este artículo, el autor presenta un resumen del mismo,
revisando la argumentación que en su día realizó en su Tesis doctoral.
La
primera mención a Alonís la encontramos en Artemidoro de Éfeso, un geógrafo
griego que viajó a España hacia 100 a.C. y que, según el resumen de su obra
redactado por Esteban de Bizancio hacia 520, habla de aquélla como «isla y
ciudad de Massalia», afirmando que el gentilicio es «alonitas». La misma Alonís
puede ser, como apuntábamos al principio, una de las «tres fundaciones de
massaliotas» de las que «la más conocida es Hemeroskopeion», a las cuales alude
Estrabón (III, 4, 6) en el siglo I a.C. –P. Moret (2000, 254) opina, sin
embargo, que la Alonís de Artemidoro «n’a probablement rien à voir avec le pasaje
de Strabon concernant les «trois petites villes massaliotes»».
Sobre
estas supuestas colonias existen serias dudas por la mayor parte de los
investigadores (Tarradell, 1965; ídem, 1988, 75-81; Morel, 1966; Martín, 1968;
Llobregat, 1969; Uroz, 1981, 254-256; Pena, 1989), aunque algunos autores aceptan
su existencia (vid. Rouillard, 1991). En general, como hemos visto más arriba,
se tiende a admitir la posibilidad de pequeños establecimientos o barrios
helénicos de carácter comercial inmersos en poblaciones ibéricas costeras.
E.
A. Llobregat (1983b, 238-239) interpretó Alternum como «otro camino, desvío»,
una alusión a esta vía secundaria costera, que según él volvería a su origen
desde su hipotético final en Dianium, pero que, según otros investigadores, supondría
la ruta alternativa para descender hacia los territorios del sur, conectando
las ciudades costeras de Dianium y Lucentum (Arasa y Rosselló, 1995; Brotons,
1996) –nosotros mismos apoyamos esta hipótesis en anteriores ocasiones (vid.
Espinosa 1996) –.
Brotons
(1996, 71) interpreta la Allon del Ravennate como una transliteración al latín
del pronombre griego y por tanto como una anotación del compilador para indicar
un camino distinto a la Vía Augusta.
Corell
(1999, 176) aprovecha esta lectura para ir más allá, y proponer que
Alterum/Alternum/ Asterum son una traducción al latín de lo que en realidad no
era un pronombre traducible, sino el nombre de una ciudad, Allon. El principal problema
que plantea esta interpretación es que, en este caso, Allon aparecería citada
por tres veces en el libro IV del Ravennate, bajo distintas formas (Asterum,
Leones y Allon), y por dos veces en el libro V y en la Guidonis Geographica. J.
Corell desarrolla una interpretación pormenorizada de esta hipótesis (1999,
178-179), que ofrece una posible explicación al problema, aprovechando la
interpretación de Celeret/Celeris/Celeri del Ravennate y de Guidonis
Geographica planteada por Antonio Poveda (1991, 69) como «camino más rápido»,
es decir, como un atajo. Éste, según la interpretación de Corell, se dirigiría
a Lucentum desde un punto indeterminado de la calzada principal, entre Ad Ello
y Aspis, y desde allí hacia Allon; mientras Poveda interpretaba el tramo más
rápido (celeris) como el que cruzaría la sierra de Crevillente por el antiguo
camino de Castilla –propuesto como trazado de la vía por V. Gonzálvez (1974).
Otra
opción, que planteamos aquí, es que Celeris indique un punto (en el entorno de
Aspis, que ya no mencionan el Ravennate ni la Guidonis Geographica) en el que
hubiese un atajo a través de la sierra del Tabaià hacia Ilici, mientras el otro
ramal (quizá el principal, más cómodo pero considerablemente más largo y, por
tanto, más lento) rodeaba la sierra por el este y permitía alcanzar Lucentum y
desde allí Villajoyosa (Allon) o bien bajar igualmente hasta Ilici.
Lorenzo
Abad (1984, 198) detectó también una contradicción en la reducción de Allon a Santa
Pola: la mención simultánea de Illikitanos Limen23 –con seguridad Santa Pola– y
de Alonai en un texto de Claudio Ptolomeo (II, 6, 14). Si aceptamos que son
diferentes –lo que nos parece la opción más sencilla y lógica–, la segunda se
queda de nuevo sin ubicación concreta. El orden en que Ptolomeo coloca las
ciudades de nuestras costas parece abogar por una ubicación de Alonai
inmediatamente al norte de la desembocadura del río Taber (=Tader, Segura), y
entre ésta y la del río Saitabis. El desorden, sin embargo, es evidente, porque
Saetabis aparece al sur del Illikitanos Limen y Lucentum aparece al sur de Carthago
Noua, todos ellos enclaves de ubicación conocida y contraria a la que indica este
autor. El orden en el que figura Alonai no nos parece aquí, por tanto, un
argumento sólido en el debate sobre su ubicación.
Tengamos
ahora en cuenta dos hechos: por una parte, Pomponio Mela, autor hispano del s.
I d.C., al describir la costa de norte a sur, se refiere a Allon, Lucentia –es
decir, Lucentum– e Ilici, en un orden que, si es correcto, coloca a la primera
al norte de la segunda, dentro del Sinus Illicitanus (Schulten, 1922, 231-232;
ídem, 1955; Espinosa, 1996). P. Moret (2000, 240) advierte, sin embargo, que
Mela «ne respecte pas toujours une progresión géographique stricte du nord vers
le sud», aunque nos parece algo exagerado afirmar que «l’ordre des noms des
villes ne signifique rien chez cet auteur».
En
segundo lugar, tanto Lucentum como Ilici son ciudades con estatuto jurídico
–municipio de derecho latino pre-flavio y colonia inmune, respectivamente–.
Queremos resaltar el hecho de que la única ciudad romana que alcanzó una categoría
urbana privilegiada –municipio de derecho latino con Vespasiano, hacia 73/74–
que conocemos en el Golfo Ilicitano, además de aquellas dos es, precisamente,
la existente en término municipal de Villajoyosa.
La
mención reiterada de Allon en las fuentes nos está indicando una mayor
importancia de esta ciudad, en el contexto regional, que la de otras
poblaciones, como bien apuntó M. Olcina (1990a, 184-185). De igual forma
descuella el núcleo romano que nos ocupa, en el ámbito de lo que actualmente es
le provincia de Alicante, tanto por el número de epígrafes –tan sólo superada por
Ilici, Dianium y Lucentum, por este orden (cf. Abad y Abascal, 1991; Corell,
1999) – como por la categoría jurídica. Nos parece, por tanto, plausible identificar
el topónimo sin ubicar y el enclave sin nombre, ambos privilegiados, porque además
el análisis de las fuentes aporta sólidos argumentos a favor.
En
cuanto a la isla mencionada por Artemidoro de Éfeso, quizá se trate de la de
Benidorm, visible desde Villajoyosa, aunque no nos consta que estuviera ocupada
en época ibérica. P. Moret rechaza esta posibilidad, argumentando precisamente que
el análisis de las fuentes griegas indica que Alonís debía ser una isla
habitada, con una cierta entidad poblacional, relacionada con las rutas
marítimas, lo que choca –como él mismo apunta– con las condiciones naturales de
las islas de Benidorm y de Tabarca: en efecto, ambas carecen de leña y de agua,
la primera tiene fuerte pendiente y mal atracadero y fondeadero, la otra es
peligrosa para la navegación y con mal tenedero (vid. Pérez Burgos, 1996, 179; Gutiérrez
Lloret, 1999a, 91; y Espinosa, Sáez y Castillo, 2006, 52, con bibliografía
anterior).
Puedes leer el artículo completo
en: http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/28320/1/Lucentum_25.pdf
Las fotografías adjuntas
son:
1ª- Colador etrusco de
bronce de la necrópolis del Poble Nou, siglo VI a.C. (La Vila Joiosa.
Arqueologia i museu. Museos Municipales en el MARQ).
2ª y 3ª- Santuario ibérico
de La Mallaeta.
4ª- Santuario ibérico de La
Mallaeta. (La Vila Joiosa. Arqueologia i museu. Museos Municipales en el MARQ).
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