El título de ciudad era considerado como algo honorífico, una especie de
pátina de nobleza que recibía la población, figurativamente era como adquirir
la mayoría de edad. Se
le daba a algunos municipios y les otorgaba mayores preferencias que a las villas. El estatus de
ciudad era el reconocimiento de algún hecho singular en el que la población
había participado activamente.
Las villas solían obedecer al fuero común
otorgado por el rey (usualmente era su fundador), al contrario que las aldeas
(núcleos de población bajo la jurisdicción de un Señor).
Las diferencias entre villa y ciudad eran propias de la Edad Media a través de
la concesión de Fueros, pero con la aparición de los estados nacionales y las
monarquías absolutas las diferencias jurídicas desaparecen porque las leyes se
extienden a todo el territorio.
A Villajoyosa se le concedió el título de ciudad por Real Decreto del
Rey Alfonso XIII el 6 de abril de 1911.
¿Cómo era Villajoyosa
cuando se le concede el título de ciudad?
Villajoyosa en ese momento contaba con
más o menos 9.200 habitantes. Su población empezaba a recuperarse después de
haber estado sometida a una crisis económica derivada de las malas cosechas y
que había producido un fuerte aumento de la emigración.
Uno de los hechos que hace que
Villajoyosa empiece a plantearse un cambio tanto en sus infraestructuras como
en su orientación comercial fue la construcción en 1868 del puente sobre río
Amadorio, que al coincidir con la apertura de los túneles del Mascarat facilitó
la comunicación por carretera con Valencia.
Construcción del puente de la via
Hasta entonces la comunicación entre
Villajoyosa y la capital era prácticamente nula y como bien dice Madoz (1850) haciendo
referencia a los caminos del partido judicial de Villajoyosa: “Son vecinales,
de herradura y se hallan en mediano estado. Se trabaja actualmente en la
construcción de un camino carretero, que facilite la comunicación con la capital.
Más a esta población reportaría notables ventajas si se llevase a cabo la
proyectada carretera desde Alicante a Denia por la costa, pasando por
Villajoyosa”.
Por estos años, Juan Bautista Lafora
había conseguido del Ministerio de Fomento el permiso para enlazar por vía
férrea Alicante y Villajoyosa.
José Canalejas, jefe del partido
liberal y presidente del Consejo de Ministros, fue el avalista de este proyecto
destinado a cambiar la economía y la vida de la zona y que tuvo su culminación
en 1911 con la inauguración de las obras de la estación de Villajoyosa por
parte del Rey Alfonso XIII.
Con esta nueva vía de transporte se
amplia el radio del comercio, que antiguamente había estado orientado hacia
l’Alcoià y que ahora se dirige hacia la Marina
Alta y l’Alacantí. Los productos más demandados para éste
comercio eran la almendra, el chocolate, el pescado y el salazón.
Uno de los pilares de la economía de la
población vilera era la agricultura. Gran parte de las familias tenían como
ocupación laboral el campo y su peso social se hace notar con la existencia de
grandes familias de terratenientes.
La superficie cultivada en su mayoría
estaba dedicada al cultivo del algarrobo, del almendro, olivo, al viñedo, a los
cereales, legumbres, hortalizas, alfalfa y frutales.
En la parva trillando el grano
Las familias de agricultores, en muchas de los casos estaban ligadas a la industria del chocolate. Desde su aparición, su manipulación se realizó moliendo el cacao a mano en una piedra cóncava preparada para ello, hasta que en 1860 se empezó a moler el cacao en una especie de molino.
Las familias de agricultores, en muchas de los casos estaban ligadas a la industria del chocolate. Desde su aparición, su manipulación se realizó moliendo el cacao a mano en una piedra cóncava preparada para ello, hasta que en 1860 se empezó a moler el cacao en una especie de molino.
Otra de las actividades más
trascendentales para el sustento de las familias vileras era la pesca, bien por
ser una fuente de ingresos importante, como por formar parte de su dieta.
En Villajoyosa se practicaban tres
subvariedades de pesca; la que capturaba pescado de África y Andalucía, la que
empleaba otras variedades de pesca y la que se basaba en las almadrabas.
Vinculados al arte de pesca y las
almadrabas estaban los talleres de hilado, principal industria de Villajoyosa
que se encargaba de la confección de esparto para la fabricación de las redes
utilizadas en ésta actividad.
A principios del siglo XX, se produce
un resurgimiento de la construcción naval
que había perdurado desde los siglos XVIII y XIX y que sufre un auge
sobre todo en la construcción de embarcaciones de pesca y cabotaje durante la
primera guerra mundial.
Construcción de embarcaciones en Villajoyosa
En cuanto a las infraestructuras de la
recién nombrada ciudad, cabría decir que desde la última década del siglo XIX, la Vila disponía de fluido
eléctrico tanto para el servicio público como privado. Con los años, este
servicio había ido mejorando su radio de
acción, hasta tal punto que en 1910 la barriada de la Ermita y de l’Horta ya
disponían de electricidad.
Desde 1922 se habían iniciado los
trámites de solicitud para la instalación por el Estado del teléfono
interurbano. Será en 1929 durante la dictadura de Primo de Rivera cuando se
estatalizó la Compañía Telefónica
y se decidió instalar el servicio manual en Villajoyosa.
La batalla para el abastecimiento de
agua potable para la población fue muy dura, hasta que en 1929 después de
numerosos trámites, se colocó la primera piedra de los depósitos que
suministrarían el agua a los vecinos de la ciudad.
Como consecuencia de la creciente
expansión de la industria y el comercio vilero, la dirección del Banco Español
de Crédito instaló una sucursal bancaria en Villajoyosa, en las primeras décadas
del siglo XX.
Debido a que la población se dedicaba
desde muy temprana edad al trabajo en alguno de los sectores económicos, la
vida escolar era escasa o nula. Villajoyosa, desde 1908 disponía de una buena
escuela dotada con todas las condiciones necesarias de salubridad y luminosidad
que se instaló en el barrio de la
Ermita.
Escuelas de La Ermita en 1908
Los estudiantes de segunda enseñanza
acudían a las clases de la Academia Santa
Marta fundada en 1882 y hasta ella se desplazaban los profesores del Instituto
de Alicante para examinar a los alumnos de bachillerato.
En cuanto a la vida social de la
población sabemos que desde 1880 existía en la explanada de la playa el teatro
Circo, donde se realizaban veladas musicales y representaciones teatrales.
A su derribo, en 1916, un grupo de emprendedores vileros constituyó
una sociedad anónima con el fin de la construcción de un teatro digno de la
ciudad. Este propósito se cumplió en los años 20 con la construcción del teatro
Olimpia.
A la izquierda de la foto se ve la pizarra donde se anuncia el Olimpia. Foto de Jaime Galiana Cardona.
En medio de este proceso de
industrialización y de desarrollo económico es cuando a Villajoyosa se le
concede el título de ciudad. A raíz de este otorgamiento, la recién nombrada
ciudad sigue experimentando mejoras tanto a nivel económico, social y cultural.
Dos de los hechos más importantes que
incentivarán este desarrollo serán por un lado la inauguración del ferrocarril
que dio lugar a una mejor comunicación entre ciudades a las que antes era casi
imposible acceder y por otro, la construcción del puerto pesquero que supuso un
impulso del comercio tanto a nivel nacional como internacional y que llevó
consigo una mejora de la flota pesquera.
Podéis completar toda
esta información sobre la efeméride, en la excelente publicación que editó en
el 2010 el Ayuntamiento de Villajoyosa con el título:
La
Vila Joiosa
el centenario del título de ciudad
1911-2011
Accediendo a esta página web
http://www.villajoyosa.com/sites/museusdelavilajoiosa/documentos/archivos/lavila_010320110.pdf
Paso del tren por el puente del rio Amadorio
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