En el s. XVI la población superaba los mil
habitantes. Los astilleros del Arsenal eran famosos en el Reino. Los piratas
berberiscos fustigaban las costas alicantinas desde sus bases argelinas a la
búsqueda de cautivos a quien vender como esclavos o por los que pedir un
rescate. La Vila Joiosa aparece insistentemente en gran parte de las crónicas
de esta época, ya que tuvo un papel protagonista en los ataques y la defensa
contra la piratería y muchos vecinos llegaron a dedicarse al corso, por lo que
se les permitía atacar a las naves enemigas a cambio de parte del botín. En su
puerto se fabricaron también barcos corsarios para otras ciudades, como Denia.
La Vila Joiosa era la capital de un Requerimiento o distrito de defensa de la
costa que comprendía hasta la costa de Altea (es decir, toda la comarca), y que
estaba bajo las órdenes de un veedor del Virrey y de un requeridor, que
actuaban desde el castillo de La Vila Joiosa.
Paseo de San Pedro
En el s. XVI las viejas murallas
y castillo medievales no eran suficientes para contener los frecuentes ataques,
algunos de ellos de gran envergadura como el de 1538. Por esta razón, los
ingenieros militares Cervelló y Aldana fueron encomendados por el rey Felipe II
para proyectar y llevar a cabo unas nuevas murallas, acabadas a mediados siglo,
que son las que hoy podemos contemplar y que tuvieron que ocultar las
anteriores. Como parte del mismo sistema defensivo se erigieron torres
centinela costeras de las que en Villajoyosa se construyeron la de l'Aguiló y
la del Charco- y numerosas torres de huerta, adosadas a masías rurales, hoy
declaradas Bienes de Interés Cultural. Las obras de la iglesia-fortaleza de la
Asunción terminaron por esas mismas fechas.
Torres vigía de la costa de Villajoyosa.
Entre 1609 y 1614 se expulsó a los moriscos de
España, lo cual en La Vila Joiosa supuso un importante descenso de población,
porque muchos vecinos se desplazaron a repoblar los lugares islámicos del
interior que se habían quedado prácticamente vacíos. Las malas cosechas, debidas
a las sequías y epidemias de peste como las de 1630 y 1650, contribuyeron a la
crisis. La autorización en 1653 de la construcción de un pantano en Relleu,
necesario para el riego de la huerta vilera, dio nuevas esperanzas a la
economía local. En la misma fecha se producía el "milagro de las lágrimas
de Sta. Marta". También se adquirió un nuevo edificio para el
hospital-asilo municipal (1668) y se edificó el convento de San Pedro y Santa
Marta (1607).
Las casas de la calle Limones
El s. XVIII trajo un rápido aumento demográfico,
desde los 1500 habitantes de 1713 a los 5.500 de 1794. A mediados de siglo la
mitad de la población ya vivía fuera del recinto amurallado y esta expansión
provocó, al comienzo del siguiente, la destrucción de las dos puertas y de dos
torres de la muralla, mientras el viejo castillo se encontraba en ruinas. El
final de los ataques piratas favoreció este relajamiento defensivo. No
obstante, las murallas se habían visto ya muy afectadas en la Guerra de
Sucesión, que provocó la pérdida de los fueros valencianos y entre ellos los de
Villajoyosa en 1707.
La Barbera dels Aragonés
Los edificios adosados al interior de la muralla,
que ya se habían empezado a levantar en el s. XVII, comenzaron a crecer sobre
ella, dando al lienzo que mira al río su aspecto actual de "casas
colgantes". La expansión urbana se realizó hacia el mar (el arrabal) y
hacia el norte (alrededor del llano del Olmo o plaza del Olmo). Los caminos
experimentaron en el s. XVIII una clara mejora, con nuevos puentes (d'En Gil,
del Torres) que salvaban antiguos vados, así como con la transformación del
camino Alicante-Denia en carretera. De este siglo próspero es la capilla de
Santa Marta (1736).
La plaza del Olmo.
La población continuó creciendo hasta mediados del
s. XIX, llegando a superar los 9.000 habitantes. Cuatro grandes epidemias de
cólera y la emigración a Argelia, causaron un estancamiento, al que se
sumaron en la primera mitad del s. XX la Guerra Civil y la emigración a
América, a Francia y a Andalucía. No obstante, en el s. XIX el desarrollo de
industrias navales y la del chocolate, así como del comercio marítimo, provocó
una clara prosperidad económica. La Villa era el puerto de la comarca
industrial de Alcoy y poseía una de las flotas mercantes a vela más importantes
del Mediterráneo español, hasta conseguir en la década de los sesenta la
segunda matrícula naval de España. En su puerto se construían goletas,
pailebotes y otros barcos de hasta tres palos y 400 toneladas, muchos de los
cuales comerciaban con América y Filipinas. También en el s. XIX se levantó el
barrio del Pueblo Nuevo, que desde 1860 quedó unido con el núcleo antiguo por
el puente de la carretera. Las calles Limones (hoy Dr. Álvaro Esquerdo), Nueva
(hoy Canalejas) y Colón, concentraron la expansión urbana desde esa fecha.
Las casas colgantes al rio
Uno de los hechos que hace que Villajoyosa empiece a
plantearse un cambio tanto en sus infraestructuras como en su orientación
comercial fue la construcción en 1868 del puente sobre río Amadorio, que al
coincidir con la apertura de los túneles del Mascarat facilitó la comunicación
por carretera con Valencia.
Hasta entonces la
comunicación entre Villajoyosa y la capital era prácticamente nula y como bien
dice Madoz (1850) haciendo referencia a los caminos del partido judicial de
Villajoyosa: “Son vecinales, de herradura y se hallan en mediano estado. Se trabaja
actualmente en la construcción de un camino carretero, que facilite la
comunicación con la capital. Más a esta población reportaría notables ventajas
si se llevase a cabo la proyectada carretera desde Alicante a Denia por la
costa, pasando por Villajoyosa”. Por
estos años, Juan Bautista Lafora había conseguido del Ministerio de Fomento el
permiso para enlazar por vía férrea Alicante y Villajoyosa.
Puente sobre el rio Amadorio. Antigua carretera Nacional.
José Canalejas, jefe del partido liberal y presidente del Consejo de
Ministros, fue el avalista de este proyecto destinado a cambiar la economía y
la vida de la zona y que tuvo su culminación en 1911 con la inauguración de las
obras de la estación de Villajoyosa por parte del Rey Alfonso XIII.
A Villajoyosa se le concedió el título de ciudad por
Real Decreto del Rey Alfonso XIII el 6 de abril de 1911.
En la segunda mitad del s. XX el crecimiento de la
población fue muy importante, hasta superar los 25000 habitantes. La llegada de
la electricidad hacia 1900; el crecimiento del sector servicios y de la
industria; el auge de la pesca que sustituyó al comercio marítimo; la
construcción del puerto (en los años veinte y treinta), del Hospital comarcal y
del palacio de justicia; el desarrollo del turismo y otros factores han ido
marcando la próspera economía local durante el siglo pasado.
Villajoyosa de los años 60 del pasado siglo.
Recientemente se han desarrollado proyectos urbanos
como la Casa de la Juventud, la Glorieta del Rey Juan Carlos I y el Mercado
Municipal, la sede de la Policía Local, el Centro de Día de la 3a Edad, el
auditorio-teatro municipal, el estadio Nou Pla y reforma y ampliación de los
polideportivos José Calsita, Maisa Lloret y Marta Baldó, la biblioteca
Cristóbal Zaragoza, el auditorio y jardines de la Barbera de los Aragonés, la
casa-museo de La Barbera de los Aragonés, los paseos marítimos de la playa de
la Vila y de la del Paraíso, la restauración de la torre centinela de l´Aguiló,
el nuevo Museo Arqueológico (Vilamuseu) , estando previsto la restauración de
las murallas renacentistas de la ciudad, en una apuesta decidida por la
conservación y divulgación del patrimonio cultural y monumental, para situar a
La Vila Joiosa en un lugar protagonista del turismo cultural valenciano.
El Paraiso. Zona sur de la actual Villajoyosa.
La población
de Villajoyosa en el año 2015 era de 33.878 habitantes.