Después de 14 relatos exponiendo algunos
de los “extraños” sucesos ocurridos en la finca de La Barbera, deseo terminar este
ciclo, compartiendo las alusiones de significativas personas respecto al escenario
donde se produjeron.
La mansión de La Barbera dels Aragonés
─Sin
embargo, debemos tener en cuenta que la prioridad de las casas museo no se basa
únicamente en la reproducción fidedigna de un determinado ambiente…Es por ello
que aúnan dos mundos que es preciso conciliar. Por una parte, son lugares
íntimos en los que, todavía hoy, se respira la presencia de las personas que
los habitaron…
Catálogo La Barbera dels Aragonés
En ese
mismo catálogo, Antonio Espinosa Ruíz,
María Jesús Marí Molina y Carmina Bonmatí Lledó en “La Trascendencia Cultural de La Barbera dels Aragonés”,
escriben:
─La
Barbera es un espejo de esta época tan fascinante, en el que se refleja casi
todo: la vida cotidiana, la política, la religión, las ideologías, el ámbito
familiar, las modas, los avances tecnológicos, el arte…
Es
posible, solo ella lo sabe, que la Subdirectora General de Promoción de Bellas
Artes del Ministerio de Cultura, respirara allí esa presencia que otros hemos
absorbido en multitud de ocasiones. Es posible. Yo estoy seguro que ella sintió
en su propia alma, la presencia de los seres de otro mundo, que en otras épocas
lo fueron de éste, y que tal como afirma en su artículo, se entremezclan los
dos.
Fachada de La Barbera antes de su reabilitación. Catálogo de Vilamuseu
Del
mismo modo, Antonio, María Jesús y Carmina, manifiestan que todo lo que
acontece y se vivió en La Barbera, continúa reflejándose.
Unos
se fascinan cuando actualmente visitan las diferentes estancias de la mansión y
solo ven su ornamentación y realce. Otros además de ver ese atavío, también ven
reflejadas en ese espejo, a las personas que en su momento moraron, que un día
nacieron, vivieron y murieron en esa emblemática casa. Ellas permanecen
viviendo en la burbuja, cautivas en el tiempo, perdurando en su propio mundo.
Sala de la bola espejo con la silla y mesa protagonistas del relato XIV
Ahora,
Pepica, que dejó este mundo para pasar al otro, ha traspasado la membrana de la
burbuja para continuar en su casa, en su Barbera. Y al igual que en la
fotografía de principios del siglo XX, se puede apreciar a alguien asomándose
por el balcón principal de la mansión, en la soledad de las tardes en que el
recinto de la finca está cerrado al público, haciendo un esfuerzo visual, se puede
distinguir detrás de los cristales del mismo balcón a Pepica, mirando y a la
vez disfrutando eternamente de los arbustos y las flores que ella misma plantó
frente a la casa.
La Barbera dels Aragonés. Fotografía de principios del siglo XX
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