XIII relato de “La Barbera. Una burbuja en el
tiempo” o “Cuando los límites se entrecruzan”.
Los relatos anteriormente expuestos, podrían parecer relatos
novelescos, pero no lo son. No son una serie de historias inventadas, ni cuentos
para impresionar. Son hechos que algunas personas entre las que me encuentro,
hemos vivido. Todo lo contado, fueron experiencias reales.
En el
año 2008, un equipo del SEIP (Sociedad Española de Investigaciones
Para-psicológicas), estuvo investigando en la mansión de La Barbera. Fue una
cálida noche la que eligieron, e instalaron una serie de aparatos por la casi
totalidad de la zona noble del primer piso.
La puerta junto a las fotografías da acceso a la sala utilizada para el control de grabación.
Sensores
de movimiento, termómetros, micrófonos ultrasensibles, monitores de vídeo,
cámaras de grabación, detectores de energías, ordenadores con los últimos
programas sobre psicofonías, etc. Todo un despliegue de materiales y de gente
profesional se dio cita en la casa para captar la señal que indicara la
presencia de alguna rara o extraña energía.
Fenómenos poltergeist. Pedro Amorós
Eran
tres miembros del SEIP (Pedro Amorós y dos colaboradores suyos) y ocho o nueve
personas más entre autoridades, funcionarios y personajes allegados, mi hijo y
yo tuvimos la suerte de encontrarnos allí. En una de las habitaciones se montó
el control de todo, y allí mismo se levantó un acta con las identidades de
todos los que estábamos presentes.
Para
evitar en lo posible la filtración de ruidos externos en las grabaciones,
demoraron el comienzo hasta la una de la madrugada.
La peligrosidad que encierran las psicofonías. Pedro Amorós
Las
alarmas de los sensores de movimiento saltaron en multitud de ocasiones, sobre
todo una colocada en la habitación que fue de Don Pedro. Un termómetro
instalado en la misma estancia, en un par de ocasiones, bajó cuatro grados en
menos de un minuto. Sensores de energía que emitían pitidos cuando los
acercaban a cualquier persona, pitaban cuando eran colocados en algunas puertas
o en algún sector de las paredes. Se analizaron campos electromagnéticos y se
hicieron fotografías, captando nebulosas en varias de ellas.
Habitación de La Barbera donde murió Don Pedro
Se
hicieron varias grabaciones de tres minutos de duración, con un silencio
sepulcral y en tres aparatos distintos. En alguna de ellas se grabaron palabras
que los técnicos distinguieron y entendieron de inmediato como “gentuza” o “els
xiquets” (los niños), los demás lo oímos, pero nos costó un poco más
entenderlas.
El
momento de máxima actividad, reflejada en todos los aparatos allí expuestos,
fue el período entre la una y media y las dos. A partir de ahí fueron
decreciendo hasta prácticamente desaparecer.
laeradelaconcienciablog.wordpress.com
Todos
los presentes fuimos testigos de todo cuanto allí sucedió y los técnicos del
SEIP, al momento, nos enseñaban y explicaban cualquier incidencia o
acontecimiento que se producía.
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