El gran esplendor del
bandolerismo valenciano (se les llamaba “roders”) se produjo en el siglo XIX,
seguramente a causa de las guerras, el hambre, la opresión y las miserias. La
mayoría de ellos eran conocidos por su apodo. Sus historias y relatos han
llegado a nuestros días como leyendas románticas en las que robaban a los ricos
para repartirlo entre los más pobres (recordemos al famoso bandolero de la
televisión “Curro Jiménez”). Uno de los más significativos bandoleros valencianos
fue “Tona de Pedreguer” que, traicionado por uno de sus hombres, fue abatido
por la guardia civil y actualmente una calle de Pedreguer lleva su nombre,
dignificando o admirando de este modo la figura de un proscrito, cosa muy poco
objetiva.
Pero el bandolero que nos
ocupa ahora, es el de la Marina Baixa, o sea, el de Finestrat, y sobre él, en
el periódico “Las Provincias” de fecha 23 de noviembre de 2014, el periodista
Óscar Calvé Mascarell, escribió lo siguiente:
Pinet el bandido. Fulles Groges. Canal Nou
José Martorell Llorca (1868-1909),
alias 'Pinet', es uno de los últimos 'roders' valencianos y encarna el ideal
del bandolero noble. Nacido en una familia acomodada, el destino le situó al
margen de la ley. Cumpliendo el servicio militar recibió una paliza de un sargento.
En su venganza mató al suboficial que le había maltratado y aprovechó la
ausencia de testigos para intercambiar los documentos identificativos, sin foto
en aquel tiempo. A efectos oficiales, Llorca había sido asesinado por su
antiguo superior. Sólo sus vecinos de Finestrat sabían de la nueva vida de
Pinet. Como en un guión de aventuras, un sacerdote solicitó la ayuda de Pinet
para repartir justicia y bienes usurpados por los terratenientes locales. Fue
el rector de La Nucia, Andrés Devesa Pérez 'Retor Poma', quien pidió auxilio.
El bandolero formó una banda con su hermano y otros integrantes. Su objetivo
eran diligencias de ricos que cruzaban las sendas que él dominaba a lomos de su
caballo. Este botín sí se repartía entre los necesitados. El ingenio de Pinet y
la ayuda de la población campesina le salvaron en más de una ocasión de la
Guardia Civil, que llegó a enviar a 27 miembros a la Sierra de Aitana para
capturarlo. Pinet es entonces el enemigo público número uno de los ricos
propietarios de la zona, quienes instan a las fuerzas de seguridad a acabar con
él. Paralelamente, su creciente fama de gallardo le transforma en objeto de
deseo femenino. El final del bandolero fue, como su inicio, fruto de una
mentira. El gobernador de Alicante se comprometió a perdonar a Pinet si este se
entregaba. Era un engaño. Tras la rendición, a Pinet sólo le aguardó el penal
de Málaga y Ceuta, en el que moriría el 1 de noviembre de 1909, tras disfrutar
de un breve período de libertad.
Certificado de bautismo de Pinet el bandolero
Una parte muy importante de la
historia de los pueblos la van proporcionando las personas mayores o de
avanzada edad a través de sus relatos, sus escritos, las narraciones de sus
vivencias y sus experiencias vividas a través de los años. Los relatos de
estas personas son patrimonio intangible y por tanto una herramienta
fundamental y valiosísima para conocer la historia del pueblo.
A través de alguno de esos relatos, de
personas que ya no están entre nosotros, pude saber el lugar exacto (dos de
ellos) que Pinet utilizaba como refugio para ocultarse ante la presencia
cercana de la guardia civil. Porque varios fueron los sitios y lugares que el
famoso bandolero Pinet tenía como referencia para esconderse y despistar a la
guardia civil, al igual que varias serían sus rutas para desplazarse.
Extensa fue la zona por donde
discurrieron sus días de actividad y, cómo no, también de respiro y descanso.
Uno de los lugares por los que
solía rondar con bastante frecuencia, fue por su pueblo natal, Finestrat. Desde
allí, a menudo, transitaba hacia Villajoyosa, y viceversa. En esas rutas de
tránsito es donde aún siguen esos dos refugios, afortunadamente, conocidos por mí.
Hace ya muchos años (demasiados,
diría yo), acompañé a mi padre a una finca en la partida Arginenc de
Villajoyosa, lindando con el término de Finestrat. Los que conocieron a mi
padre saben que era leñador. Los propietarios de terrenos o fincas le requerían
para que les hiciera el trabajo de arranque y limpieza de árboles viejos o
deteriorados con el fin de replantar la tierra con nuevos y jóvenes ejemplares.
Al llegar al sitio convenido,
su propietario, Don Pedro Soriano, estaba esperándonos.
La caseta de Don Pedro en el Arginenc
Después de los protocolarios
saludos nos invitó a que lo acompañáramos por los bancales. Mientras caminábamos,
Don Pedro iba señalando los árboles que mi padre tenía que eliminar de las
parcelas. La mayoría de ellos eran algarrobos centenarios, tal vez milenarios.
¡Qué pena! Pensé yo. Tener que
aniquilar y destruir estos seres que han vivido multitud de épocas y
generaciones.
Alargando el brazo, señalaba
con el dedo: “Este”, “este también”, “aquel de allí” …
En un momento dado, mi padre
le dijo: - “Don Pedro, ¿y ese que se ha dejado?”
- “No, ese no”-
Respondió el dueño de la finca. – “En ese, Pinet se escondía de la guardia
civil y quiero conservarlo”.
Algarrobo de Pinet en la finca de Don Pedro Soriano.
Me quedé sorprendido. Segundos
después le pregunté a Don Pedro: - “¿Por qué sabe que ahí se escondía Pinet?”.
– “En multitud de ocasiones mi padre me lo recordaba siendo yo un niño”-
Contestó.
No me acuerdo con exactitud de
las fechas, pero ese momento transcurrió allá por principios de la década de
los setenta del pasado siglo. Mi padre, conocido como Francisco El Llarg o El Largo
de L’Ermita, tendría unos cuarenta y tantos años y Don Pedro habría pasado de
los setenta, por lo que es muy probable que su padre conociera personalmente al
famoso bandolero Pinet.
Interior del algarrobo de Pinet
Hoy, en pleno año 2020, ese
longevo algarrobo, posiblemente plantado por un árabe de Al-Ándalus, aún sigue
viviendo en el mismo lugar. Esperemos que por muchos años más.
Se autoriza la difusión y el uso de esta publicación siempre que se nombre la fuente.
Hola soy biznieta de pinet y me encantaría ver y conocer esos lugares te dejo mi correo por si te animas turqesa@hotmail.com
ResponderEliminarSaludos
Hola. Lo primero, felicitarte por este interesante relato y recuerdo de nuestra tierra. Me gustaría usar esta información para realizar un vídeo y difundirlo por algunos grupos de Facebook. Por supuesto, mencionando la fuente y su autoría. Espero tu confirmación. Y sigue deleitándonos con más vivencias de este estilo.
ResponderEliminarHola. Por supuesto que no tengo ningún inconveniente en que uses esa información, siempre que se mencione la fuente y autoría. Gracias por leerme
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