miércoles, 7 de agosto de 2024

Vigilantes de la costa de Villajoyosa en el siglo XVII. Los atajadores o compañía de caballos de la costa.

 Debido a los constantes ataques y desembarcos de los moros en las costas del Reino de Valencia, en el año 1552 el virrey redactó un documento con las ordenanzas para la Guardia Marítima de este Reino, que era la institución para la defensa de la costa. En 1576 fueron completadas para las compañías de caballos de la costa, que era una fuerza de intervención inmediata.

En sitios estratégicos se construyeron atalayas, comúnmente en lugares altos, que eran unas torres desde las cuales se vigilaba el campo o el mar y se daba aviso cuando el momento lo requería.

Los hombres que realizaban en las torres la vigilancia diurna eran los atalayas y la nocturna los escoltas.

Como complemento a los atalayas, estaban las compañías de caballos de la costa, formadas por los atajadores y sus caballos. A partir del año 1560 estas compañías quedaron organizadas en cinco en todo el litoral del Reino de Valencia. Una de ellas se alojaba en Villajoyosa.

Casco antiguo amurallado de Villajoyosa. Archivo Gráfico Vilamuseu

Los atajadores eran vigilantes móviles, exploraban los caminos, la costa y los lugares recónditos cerca del mar. Cada uno contaba obligatoriamente con un caballo. Estaban adscritos a una torre con la misión de recorrer su sector. Iniciaban la ronda y regresaban a su torre, caso de estar todo en calma, se levantaba la señal de seguro en lo alto de la torre, lo que informaba a pescadores, labradores y barcos, que podían faenar sin riesgo de ser capturados. Si se detectaba peligro, el atajador partía desde la torre o lugar de vigilancia hasta la población para dar aviso a las autoridades y a la gente del lugar.

Torre del Aguilò.  Foto de Vigias del Mediterraneo. Fotos-H-3

Durante los siglos XVI y XVII a consecuencia de los numerosos ataques berberiscos, se fortificó el casco urbano de Villajoyosa, además de su término municipal, con un sistema de torres de huerta construidas en sus campos y unas torres vigías o atalayas en su costa.

Villajoyosa era capital de Requerimiento y su distrito abarcaba toda la costa de la comarca, desde el Mascarat en el término de Altea hasta el Barranco de Aguas, hoy término de El Campello, pero en ese tiempo frontera de Villajoyosa con el municipio de Alicante. Todo ello se controlaba desde el castillo de Villajoyosa, que se encontraba en el interior de las murallas en su esquina sur.

Relación de soldados de la costa de Villajoyosa en el año 1618

En el año 1626, la compañía de Villajoyosa tenía enormes problemas económicos para su mantenimiento. Hasta cuatro traslados a San Juan se produjeron durante la primera mitad del siglo XVII, pero siendo reclamada por la población vilera regresaron a esta localidad.

Los efectivos de cada compañía eran 18 soldados, sin incluir al capitán, al alférez y al trompeta.

El 21 de noviembre de 1618, el Veedor General Don Francisco Carroz de Vilaragut, conde de Sirat, que era el jefe de toda la costa del Reino, se presentó en Villajoyosa para pasar revista a su compañía de caballos, así como para abonar los salarios atrasados que se debían, pero solo pudo hallar en la villa al capitán, al alférez, al trompeta y a diez de los soldados.

El capitán de los atajadores de Villajoyosa entre los años 1618  y 1629

En el mismo documento firmado por el veedor general, existen unas notas en las que dicen que se pagaron las nóminas de esta compañía desde el año 1646 hasta 1648.

En otro documento de fecha 29 de agosto del año 1653, el Justicia en lo civil y criminal de Villajoyosa, a requerimiento de dos vecinos de la villa, se presentó en la casa de Jaime Lorca para realizar el embargo de sus bienes por impago.

El notario que acompañaba al Justicia, entre otras cosas redactó lo siguiente: “…accedimos a las casas del dicho Jaime Lorca de Jaime para hacer ejecución y sentencia de lo dicho a Jaime Lorca, que es soldado de a caballo y que es del fuero y jurisdicción de la capitanía general, por lo que dicho Justicia no podía tocar dichos bienes y que, si pretendían algo contra él, que acudieran a la capitanía general que era el juez de éste”.

Los militares y los eclesiásticos tenían un fuero especial y no podían ser detenidos ni juzgados por la justicia ordinaria. Pero eso es otra cosa. Este documento nos dice que en 1653 Villajoyosa seguía teniendo atajadores.

Un soldado de caballería de Villajoyosa en el año 1653.

Una de las fuentes: “Conquistar el miedo, dominar la costa”. Arqueología de las defensas del resguardo de la costa en la Provincia de Alicante (SS. XIII-XVI). José Luís Menéndez Fueyo. MARQ. Museo Arqueológico de Alicante. Serie Mayor, nº 12.

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